PERSONAS DECORAN.
PERSONAS ADMIRAN.
Si los ojos son el espejo del alma, las vitrinas los son de los negocios. Allí se ve. Se ve lo que hay adentro, se ve el alma. Por eso las flores de vitrinas no son un capricho. Ni una moda. Ni un estándar. Son el reflejo de personas que van a tratar personas.